El portero de consistorio y pregonero, 1553
La primera referencia que tenemos del oficio de portero de consistorio es la más completa, data de finales de 1553 y nos lo representa no sólo como el encargado de llamar a juntas, por "son de campana tañida" sino también como campanero de calle que tocará cada día al anochecer por las ánimas del purgatorio, como alguacil puntual que deberá controlar la entrada de armas en las salas capitulares de la ciudad e imponer multas a quien fuese hallado con ellas sin distinción de estatus social e incluso se da idea de como debe ir vestido, pues es el la propia ciudad la que debe ocuparse de conseguirle un sayo y una capa. El sayo era la prenda holgada similar a la ropa pero con costura en la cintura donde se ceñía con el cinturón, de origen medieval, en el siglo XVI se había acortado para dejar espacio a las calzas. Precisamente de sayo y capa nos encontraríamos con buena parte de los burgueses renacentistas de clase media como vemos en estos dos grabados que acompañan