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Mostrando entradas de enero, 2017

Un espacio reformado de la primitiva plaza, en el Cantón Pequeno

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         Otra fuente de enorme interés y utilidad para obtener datos puntuales sobre la evolución de la estructura urbana de una ciudad son los planos y trazas, alzados para dirimir pleitos entre vecinos, sobre todo los que llegaron a la Real Audiencia. Por desgracia de momento el material sobre Mondoñedo es escasísimo, únicamente se ha puesto a disposición pública mediante el portal PARES una planta con su alzado de varias casas hoy identificables con las que hoy inician la calle Alfonso VII, donde se encuentra el BBVA y el mesón “O Bodegón”, para orientación de nuestros convecinos.          Estos pleitos menores, normalmente por ocupación de plazas destinadas a acceso público a otras viviendas a por el cegado de luces con obras ilegales, rara vez llegaban a instancias de peso como la Real Audiencia, generalmente se dirimían en juzgados de lo civil, en este caso en los fondos del archivo municipal de nuestra ciudad se conserva una pequeña colección de pleitos civiles desde pri

Obras en un solar cercano a la Puerta de la Villa

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En las diferentes monografías sobre la historia de Mondoñedo que se han escrito, y dependiendo del momento en que fuesen compuestas,  se compilan varios apuntes tanto municipales como eclesiásticos sobre la evolución de la muralla o cerca de la Ciudad. Con el paso de los años de algunos de estos datos no ha quedado más que la referencia pues el documento de origen se ha perdido o ha sido “traspapelado”.   Entre nuestros más insignes historiadores sobre todo entre el S. XIX y el XX cuando la fuente parece que no importaba demasiado y se confiaba  plenamente en quien la transcribía, tenemos a varios “ transpapeladores ” casi profesionales, algunas pérdidas han sido además tristemente recientes, de ahí que,  aunque podamos presentar los datos en si,  pocas veces podemos ofrecer acceso a la fuente de origen. No solo sucede esto con la muralla si no con otros muchos aspectos, del urbanismo y la vida cotidiana mindoniense que se custodiaban en los archivos municipales y eclesiásti

Agua va!, aparicion de las fosas sépticas

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       Y para terminar esta jornada de apuntes, uno que seguro les va a parecer muy curioso por como está redactado, de marzo de 1556, podemos aceptar este como el intervalo en que llega a Mondoñedo la idea, por cierto muy acertada, de que sacar la basura a la calle, sobre todo los escrementos, no libraba de enfermedades dentro de cada vivienda sinó que convertía a todo el casco en apetecible cuna para focos infecciosos. En estos años empiezan a construirse los primeros pozos negros, en muchos casos simples barriles de madera enterrados en el suelo que se usaban hasta quedar rellenos, colocando luego otro a la par. Los mas favorecidos se permitían construir fosas de mampostería sin reboco para que pudiese filtrar los desperdicios y durase más tiempo en uso. Esta norma municipal vemos como se refiere a la prohibición de tirar aguas sucias a la calle por la ventana, e incluso limpias sin antes avisar por tres veces con la conocida frase "agua vay!!!" . 

Leyes para los propietarios absentistas

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                      Otra nota que me gustaría extrapolar, aunque en este momento no esté en directo contexto con ninguno de mis recientes artículos, que igualmente aparece en el libro de concejo de mediados del S. XVI de la ciudad de Mondoñedo, se refiere directamente a una situación que está de completa actualidad sobre todo en los cascos históricos de nuestras ciudades.             Bien es cierto que durante la baja edad media en nuestra tierra, y antes si cabe en otros puntos donde la ciudad apareció primero, era costumbre de la nobleza, casi una moda, adquirir plazas en diferentes núcleos urbanos de reciente fundación y edificar en ellas inmuebles para frecuentarlos solo de vez en cuando.   Mientras que el proteccionismo interior de los concejos   llegaba a ofrecer vivienda gratuita a quien se ofreciera a servir ciertos oficios de necesidad para la comunidad, como atracción para conseguir patrimonio humano, muchos solares permanecían vacíos la mayor parte de

Curiosa nota sobre el uso de la alhóndiga

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     En este caso solo un apunte, una nota mental para evitar ocupar espacio en mi ordenador, ilustrar a quien lo desee y dejar en reposo para luego usar en un trabajo que espero sea más amplio sobre la historia y evolución de este edificio municipal desaparecido en parte. Principalmente es interesante el uso que se le daba a la alhóndiga a mediados del XVI, apenas un siglo y pico luego de aparecer en la documentación eclesiástica;  como ya habíamos comentado no funcionaba solo como almacén de granos, ni siquiera como  control de pesos, aqui vemos como en ella se podía tambien comprar el pescado, casi a modo de centro comercial, si me disculpan el anacronismo.  15-III-1557/ los dichos señores justizia e regimiento dixeron que por quanto / los pescadores que trayan pescado fresco a esta çibdad / a la alfondiga se quexaban diziendo que les / tomaban el pescado y se lo llebaban e se le entra / van en la tienda donde lo tenian y se lo revolvían // y perdian mucho con la mucha g

La ciudad medieval, Mondoñedo 1425 (2) Las tiendas

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         En el anterior capítulo de nuestra particular aventura a través del tiempo en la ciudad de Mondoñedo, nos habíamos quedado con una somera descripción de los espacios de trabajo y comercio presentes en la gran mayoría de los inmuebles medievales.          Una urbe como la nuestra no era mucho menor ni mayor en la fecha que estamos tomando como referencia (S. XV) a otras hoy de mayor entidad, como Oviedo, Coruña o Bilbao.          La muralla bajo medieval de Oviedo tenía unos 1400 metros de perímetro por 4 metros de altura por 2.2 metros de ancho, Coruña reinició su andadura algo más tarde que Mondoñedo, en 1208 con el fuero de Benavente de manos de Alfonso IX; La muralla de Huesca tenía un perímetro de 1800 metros; Bilbao nace aún en el S. XIV y el espacio habitado de Madrid en el periodo cristiano medieval no excedía los 5000 metros cuadrados.          Mondoñedo se cierra con un muro de entre 800 y 1200 metros de perímetro, [1] y como ya habíamos comentado tie

Nueva documentación sobre la Plaza de la Catedral

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            Como es normal, en el trabajo de todo historiador, sobre todo si su campo es la historia del arte y arte desaparecido, un ejercicio sano y rutinario es la constante recapitulación, como diría San Benito, es nuestra labor principal y más valiosa, una sana y continuada recapitulación de lo escrito, puliendo de vez en cuando detalles que se nos habían escapado y que, por afortunados giros del destino, toman tarde o temprano nueva y mejorada forma.             Así, aunque ahora tocaba entrar de lleno en la vida privada de una casa medieval, cosa que haremos pronto, por cierta imagen que ha llegado recientemente a mi conocimiento, debo hacer un inciso, tornar de nuevo al estudio y articulación de la plaza mayor y detenerme un poco para poner en común este documento interesantísimo.             Antes de nada me gustaría repartir agradecimientos, es justo decir que ha sido gracias a varios amigos que he conseguido esta nueva documentación, por un lado agradecer a Jos

La ciudad medieval, Mondoñedo 1425 (1)

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En algún momento del año 1425, [1] por no apurar deducciones posiblemente equivocadas, un importante incendio acabará con buena parte del esqueleto urbano del Mondoñedo medieval. Esa parte de nuestra historia es por todos,   conocida, o amenos eso espero, pero algo que se   nos escapa es hasta que punto esta catástrofe humana repercute sobre la fisionomía y psicología de la habitación mindoniense y da paso a un cambio importantísimo que en otras muchas ciudades acontece poco a poco entre el S.XV y el S.XVI. En los últimos años de la edad media el hombre y la mujer occidental emprenden un camino que les llevará a un mundo nuevo, luego de siglos de desconexión de si mismos, por primera vez desde la desaparición del mundo antiguo, la sociedad europea empieza a mirarse al espejo, a tener consciencia de su propia existencia individual y a identificarse con figuras únicas y completamente distintas de todas las demás que les rodean, conoceremos este momento como el punto de inflexión