El contrato de carniceria en 1542, referencias a las fiestas de "caras tolendas"
La siguiente transcripción comentada, y que da inicio a un breve estudio sobre las funciones y distribución de los deberes municipales, la dedicaremos a la primera puja y subasta que se conserva del puesto de obligado de carnicería. Hasta bien entrado el S. XVI la ciudad no disponía de macelos por lo cual el que decidía pujar por el puesto anual de carnicero publico debía demás encargarse del carreto de las reses vivas hasta su lugar de sacrificio, normalmente su propia casa, y del despiece hasta la plaza mayor y el punto concreto que el consistorio le reservaba para vender sus productos. En sucesivas subastas se detallarán los precios convenidos para casquería, volatería, cabezas de animales, pieles etc, pero en estos primeros años documentados apenas se toma nota de la obligación que tendrá el mayor pujador de mantener abastecida de carne a la ciudad, sus vecinos y los viajeros que en ella buscaran cobijo, en una última cláusula añadida co