Fiestas civiles, el alarde


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.El libro de los torneos de Rene d´Anjou


         Propias de la ciudad como unidad administrativa independiente podemos identificar una serie de festividades que implicaban la participación de todos los vecinos intramuros. Aparte de las que asumimos como religiosas, otras de carácter absolutamente civil estarían coordinadas y regidas por el consistorio. Muchas de ellas eran de carácter militar o cunado menos oficial, como los alardes o las alegrías, otras dependían del uso y la costumbre de la ciudad como las corridas de toros y se incluían dentro de la subasta de la carnicería.
         Para entender bien su organización es preciso que consideremos que Mondoñedo siempre ha sido una ciudad donde la línea que dividía lo concejil y real de lo eclesiástico era muy tenue, el señor temporal de la ciudad era el muy ilustre y reverendísimo obispo, de el dependía el nombramiento del juez jurisdiccional, el provisor general, igualmente sucedía con el cargo mas alto de poder civil, el alcalde mayor; e incluso los alcaldes ordinarios eran escogidos por el obispo o el deán  o provisor en su lugar de entre una preselección de tres individuos hecha por los regidores.
         Así pues muchas de las celebraciones propias del concejo estaban directamente relacionadas con la iglesia igualmente. Por ejemplo un día en que se estimaba de interés la reunión de todos los vecinos para demostrar su regocijo y que estaba regulado por cierto ritual era el recibimiento de un  nuevo obispo.
         Para empezar en la documentación de los primeros libros de concejo, cuado aún se entremezclan tradiciones medievales con otras propias del estado moderno, una de las festividades de mayor repercusión y mayor gasto serán los alardes militares.
         Podemos entender de manera abstracta el alarde como una revista de tropas, en la España moderna estas ceremonias en que se muestra el poderío militar de las ciudades y villas a modo independiente, suele circunscribirse a las que eran recurso necesario para la defensa del territorio nacional, de ahí que se les diese cierta libertad en este aspecto, para que pudiesen funcionar como punta de lanza en caso de invasiones de otros países. [1]
         De este modo son famosos los alardes militares en villas de Euzkadi y en otras  muchas del Cantábrico, propensas a ser puerta de entrada de tropas extranjeras. En el caso de Mondoñedo la situación no puede estar más alejada y el alarde como tal,  recordaba más a su función jurisdiccionbal medieval.  Sobre el primer alarde del que, de momento,  tenemos noticia en 1554 únicamente conservamos la lista de gastos que este había ocasionado a la ciudad, pero de todos modos conocemos bastante bien su proceso. Para comenzar era de obligado realizar un recuento de las armas que estaban a disposición del señor temporal, en el descargo de fondos para pagar el alarde de 1554, se contempla un parte para Gabriel López, escribano por realizar los padrones.
         Un padrón completo de una parte de la diócesis se conserva en el Archivo Histórico Nacional, en su sección de protocolos relacionados con la catedral mindoniense. [2]. En el texto de 1579 se hace recuento de todas las posibilidades armamentísticas de las tierras y Alfoz de Castro Douro. Queda claro en el encabezamiento que quien requiere este recuento es el obispo por su mano. Igualmente se ve como la mayoría de las armas disponibles son blancas tanto ofensivas como defensivas (espadas lanzas y rodelas) mientras mas raramente se cuentan arcabuces. 

Alarde 1579


         Los datos que tenemos del de 1554 son principalmente del casco urbano y aunque es más bien una "lista de la compra", podemos extrapolar información muy interesante.
         Por un lado se ve como se renueva el arsenal tanto en lanzas como en arcabuces y en menor medida en rodelas[3], igualmente aparece cargado a las arcas municipales la pólvora para el día del alarde y el contrato a dos músicos para tocar sendos tambores que acompañarían la exhibición, Igualmente los tambores se compran nuevos, y se rematan con los colores de la ciudad igualmente a cargo del concejo. Los atabaleros, uno amenos es el propio lutiere que vende los tambores a la villa, Jacques París, a todas luces galo, y ambos son pagados por tañer el día del alarde. 

Arcabuces S. XVI

         Además se compran ropas nuevas para los atabaleros, una especie de uniforme “ropas calças y monteras”. 

Atabalero medieval

         Igualmente es de gran interés un par de libranzas que se hacen para la compra de sendas astas, una para la bandera y otra para la gineta. Realmente es lo que pensamos, efectivamente,  la bandera y la jineta,  junto con el estafermo son partes imprescindibles de los torneos medievales. Tantas veces hemos podido ver estas justas medievales en la gran pantalla que parece un poco redundante hacer mención a ellas o describirlas, el estafermo que no aparece citado en el alarde, aunque es más que probable que contásemos con su presencia al nombrarse la jineta en contexto con el banderín o bandera con asta, sería el monigote, plantado en un palo de medina altura y armado con un saquillo de arena, una rodela y yelmo, con el cual los participantes en el juego hacía puntería con sus lanzas. En el mismo párrafo se citan hierros nuevos, tanto regatones como puntas para la bandera y la azagaya. Esta última es otro elemento propio de los juegos medievales[4]
Recreacion algo tardia de juegos medievales, con la gineta y el estafermo o cabezón
       
        Además se pormenorizan los gastos realizados para componer una nueva bandera, por desgracia en este tipo de documentos contables no suelen ser demasiado benévolos con el historiador y dependeríamos de una gran casualidad para que nos describiera su forma y motivos, pero aún así algo se puede extrapolar. A Juan Bernales, merçero, se compran nueve varas de bretaña, la bretaña era una tela de lienzo fino especial para forros y entretelados, además dos varas de tornasol colorado[5], podemos considerar que la bandera era, las nueve varas de tela de bretaña, de un color base, que, por desgracia no se especifica. Nueve varas serían aproximadamente 8 metros más o menos (mas más que menos), probablemente en un ancho de telar sencillo, de apenas 40 cm, así sería preciso partir en dos el tejido para obtener la pieza total para la bandera, para entendernos más o menos el doble que una colcha de una cama de matrimonio, sirva la comparación algo pobre.  El tejido tornasol, normalmente elaborado con mezcla de hilos de lino y seda para obtener las diferentes tonalidades, semejante a los damascos que hoy conocemos pero de un porte mayor y un textura más recia, se nos especifica que era colorado, así que sobre el fondo de lienzo se dispondrían una serie de figuras para el diseño de las Ciales se precisaba de cerca de dos metros de tejido en rojo.
         Parece que este alarde que se desglosa en una fecha relativamente temprana, se completaba con un engalanamiento general de la ciudad, se contrataron y pagaron hombres para mantener el orden durante los festejos, y de juegos y descargas de artillería menor, pues en ningún momento se hace referencia a o otra mayor, que por otra parte debía ser completamente innecesaria para una ciudad que como vemos es meramente de paz. Todo su esquema defensivo, si podemos llamarlo así, es medieval, apto para rechazar hasta cierto punto los ataques mecánicos donde no intervenía la pólvora, la compra de arcabuces parece más producto de las nuevas modas que de requisitos militares.
         Para tal conclusión contamos con múltiples referencias, a alguna ya nos hemos referido, de cómo se descuidaba de manera sistemática el perímetro de la cerca. Una ciudad expuesta habría eliminado completamente estos muros altos y débiles, de lienzos casi planos, y los habría sustituido por baluartes bajos y gruesos, con planta estrellada, para poder repeler con facilidad los impactos de la artillería. Además ya hemos hablado como varias partes de la muralla medieval se habían caído por aquel entonces, o estaban es serio peligro de colapso, sobre todo en la línea que separaba el río Sixto de la ciudad que veía socavados sus cimientos cada año por las crecidas del este.
         Por desgracia solo podemos imaginar con los datos que tenemos y que luego presentaremos a detalle como pudieron ser estos festejos, esta demostración de poder militar primitiva, pero en principio contemos con marchas de hombres armados de lanza y rodela, con atabaleros a su cabeza enfundados en ropas para el caso, contemos con un pequeño torneo, con sus justas, y como no, contemos con una gran bandera, símbolo de la ciudad de Mondoñedo, puede que no muy distinta a la actual, con los símbolos en rojo recortados en un fondo monocromo, adornando la puerta principal de la ciudad, desde luego es precisa una buena dosis de imaginación, pero estoy seguro que la idea principal no se nos escapa a ninguno. Luego del control de armas en toda la jurisdicción, que como vemos se repite en el tiempo, el alarde en la ciudad debió ser una de las festividades civiles más sonadas y hermosas. 


Cuenta con / sagrarios sobre / las armas / en la çiudad de Mondoñedo a veinte dias del mes / de mayo de mill e quinientos e çincoenta y quatro años / los muy nobles señores liçenciado Salgado alcade mayor / e Juan Lopez de Prabeo regidor de la dicha çiudad tho / maron cuanta a Cristobal Sagrario de Molina de las / costas que avia cobrado de las armas que se repartieron en esta / çiudad e probinçia de Mondoñedo el qual la dio en la manera siguiente / pago / hizosele descargo çiento y treinta reales de çiento / y treinta arcabuces que se repartieron de mas / para las costas que montaron quatro mill y quatro / zientos e veinte maravedis, / mas se le hizo descargo de çiento y çincoenta reales de / trezientas lanças a medio real cada una que fueron / repartidos de mas medio real en cada lança para costas / mas se le hizo descargo de diez reales que cobro de / veinte rodelas a medio real cada una / que se mando cobrar para las dichas costas / mas se le hizo descargo de mill e çiento e setenta  / y dos quartos que resçivio de los vesinos de la conduta  e / ayuntamiento que se hizo en los alardes desta çiudad / y su conduta que se mandaron cobrar de los dichos / vecinos para costas de bandera y atambores / e otros gastos que montaron quatromill e seis / çientos e ochenta e ocho maravedis por manera / que suma el dicho cargo catorzemill e quatrosientos e cuarenta e  / ocho maravedis // dio por descargo que pago a Jaques Paris por dos / atambores que se comprarpn dos ducados / mas a Juan Bernales merçero nuebe baras de bretaña / para la bandera a sesenta y dos maravedis cada bara que monta / quatrosientos e çincoenta y ocho maravedis / mas dos baras de tornasol colorado para la ban / dera a tres reales cada bara / mas por la hechura y seda de la bandera (dos reales ) / doze reales / mas dos astas que se compraron a Losada una para / la bandera y otra para la gineta que costaron dos reales / mas por dos hierros que se hizieron uno para la azagaya / y otro para la bandera con sus regatones dos reales e medio / mas por los cordones de la bandera y cordones de seda / y borlas de la azagaya quatro reales / mas que dio a Folguera pintor por pintar los atambores quatro reales / mas tres ducados que dio a Graviel Lopez escrivano que le / mandaron dar por su trabajo que hizo los padrones a / lardes y otros autos dellos / mas que dio a Andres Conde que fuese llamar para el / alarde por la provinçia ocho reales / mas nobenta y çinco maravedis de una libra de polbora / que se gasto por mandado del señor Luis de Luazes theniente de alcalde / mayor el dia del repartimiento de las armas para / probarlos arcabuces / mas que dio a Jaques Paris e maestre Lorenço / quatro ducados por su trabajo de tañer los atambores //


.mas que pago a Fernan Lopez de Goyos sastre por / las hechuras de las ropas calças e monteras / de los atambores onze reales / mas que pago a Alonso Diaz de la rua de Pumar por / una vez que fue a llamarlos de la conduta / para el alarde diez reales / mas que dio al señor lizenciado Salgado alcalde mayor por / el trabajo de llebar dos bezes los dineros / de las armas a Santiago seisçientos y diez maravedis / mas dio por descargo que avian de dar a Vasco Fernandez / y después a el en su lugar por cobrar los dineros / de las armas y repartirlas / mas dio por descargo siete mill e trescientos / e sesenta y seis maravedis que gasto el dicho el / Cristobal Sagrario en traer las armas de la / Coruña y en su salario e otras costas confor / me a la cuenta atrás contenida que dio en este / libro ante mi el escribano por manera que suma / lo que dio que descargo quinze mill e quinientos / e veinte e nuebe maravedis e descontado que a / riba le fue puesto de quantia de catorzemill / y quinientos e cuarenta e ocho se le resta / deviendo al dicho Cristobal Sagrario nuebeçientos e / ochenta e un maravedis (los) para en pago de los quales / al dicho Cristobal Sagrario thomo en çincuenta dos ducados / que resçivio de Hernando de Çisneros vesino de Lugo (que) para / dar en Castilla al señor Sebastian Basques regidor para çiertos / negoçios desta çiudad y no se los dieron e los resçivio el / dicho Sagrario (dizien) por manera que le quedaron //
.a deber al dicho Cristobal Sagrario doscientos e treinta e tres / las quales dichas cuentas fenecieron en la manera siguente /  y el dicho Cristobal Sagrario entrego la carta de pago de cómo /  se pagaron las dichas armas e Juan Douteiro? Vezino de Sanctiago / e un thestimonio de cómo no le dieron mas armas algunas / y firmaronla con sus nombres. 

 Alarde 1554





         Para regalarnos los ojos de la mente con la importancia que los símbolos tenían aun en estos primeros años de la edad moderna en nuestra tierra, relativos a las celebraciones militares, podemos incluir, apenas como una anécdota, el “robo” de la bandera de las casas de concejo acaecido en 1562. Parece que con cierta intención, efectivamente, los regidores se quejan de haber desaparecido la bandera que usaban para hacer concejo de la ventana de las casas municipales, aunque parece que el suceso no es más que otra pugna entre el poder eclesiástico y el civil como ya hemos visto más, no es precisamente esta la que nos interesa, pues como todas dura poco y se solventa pacíficamente, es más bien la devolución de la bandera la que nos resulta especialmente interesante, pues ilustra sin quererlo un momento propio de desfile militar; e los dichos señores regidores Juan Lopez de Prabeao e Juan Abade / presuponiendo lo que abian tratado con su señoria dixe / ron que su señoria abia dicho que el aria luego restituir / y traer la dicha bandera a las casas de consistorio / donde la abia sacado y lo señalaron todos / En la çibdad de Mondoñedo a beynte e seis dias del mes / de junio de mill e quinientos y sesenta y dos años los / muy magnificos señores licenciado Ternero alcalde mayor Juan Lopez / de Prabeo Juan Abad Luis de Luazes Pero Gonzalez de Carvallal / regidores de la dicha çibdad Rodrigo Lopez Procurador General / della con otros vesinos de la dicha çibdad todos juntos fueron / a las puertas de la casa donde vibe y mora Fernando Mar / ques procurador  de causar e vesino de la dicha çibdad e mandaron sacar / de la dicha casa y se saco la vandera e ynsinia que la dicha çibdad / tenia para quando se acostumbravan juntar e hazer e ferir / enthente de guerra quando su majestad hera mandado en la dicha çibdad y / mismo se saco de la dicha casa uno de los arravales de la çiudad / en su mano el dicho señor Juan Lopez de Prabeo regidor mas anti / guo el qual la lleva alçada en conpañia de los / dichos señores justiçia e regimiento procurador general e vesinos de la // dicha çibdad con la pompa e veneración que se requeria / como pendon e bandera de su rei e señor natural con el instru / mento del dicho atambor que se entrego a Fernando Dorrequexo vesino de la dicha / çibdad en guarda y ansi llevada la dicha bandera con la / dicha solenidad por el dicho Juan Lopez de Prabeo y por los / dichos señores justiçia e regidores fue entregada / en las casas de consistorio della a Juan de Çedofeita / que vivia y moraba en las dichas casas al qual / mandaron debaxo de su palabra y pleito menaje / que dio como hidalgo que guardase la dicha vandera e / tuviese en su poder y no la diese ni entregase / a ninguna persona si no a aquella que por su majestad o / por otro que su poder y mando tuviese o por la / justizia e regimiento de la dicha çibdad juntamente / fuese mandado so pena de caer y encurrir en las penas / y casos en que se caen y encurren los que van y pasan / contra semejantes palabras y pleito menajes el / qual dicho Juan de Çedofeyta ansi reçibio la dicha vandera / e prometio de ansi lo guardar y cumplir debaxo / de las dichas penas y pleitomenaje estando presentes por testigos / Vasco Lopez de Cavarcos e Vasco Ferrandes de Luazes e Fernando Rodrigues das / Eiras e (+-1) de Valmaior vecinos de la dicha çibdad //



Robo de la bandera




Los dichos señores alcalde hordinario y regidores presu / pusieron al dicho señor alcalde mayor como estando ayer la / bandera de la çibdad puesta y llebantada en las ben / tanas de la casa de consistorio de la dicha çibdad don / de abia quedado fixada después del dicho consistorio / y estando para yr a recoxerla y depositarla / en una plaza principal con la reberençia que / a semejante ynsinia rreal se debia tener era / benido a sus notisias que su merçed se abia ydo a consistorio / y sacado la dicha bandera y la llebara so sabian a / que parte pedieron al dicho señor alcalde mayor mandase / restituir la dicha bandera a las dichas casas / de consistorio donde estaba puesta y lle / bantada para que se diese la horden que mas / conbeniese al (+-2) de lo que della se / abia de aser y el dicho señor alcalde mayor dixo que el señor obispo / su señoria le abia mandado nonbrase un alférez / que tubiese la dicha bandera en la dicha / çibdad y se la fuera entregar el qual la tenia que / sus merçedes nombrasen dos personas dentre llos que / estaban en el dicho consistorio para que lo fuesen  / hablar a su señoria y lo qual en ello mandase y probeyese / lo aria nombraron sus merçedes a los señores Prabeo / y Juan Abade para que fuese hablar a su señoria y sus merçedes / lo açetaron//

E los dichos señores regidores Juan Lopez de Prabeao e Juan Abade / presuponiendo lo que abian tratado con su señoria dixe / ron que su señoria abia dicho que el aria luego restituir / y traer la dicha bandera a las casas de consistorio / donde la abia sacado y lo señalaron todos / En la çibdad de Mondoñedo a beynte e seis dias del mes / de junio de mill e quinientos y sesenta y dos años los / muy magnificos señores licenciado Ternero alcalde mayor Juan Lopez / de Prabeo Juan Abad Luis de Luazes Pero Gonzalez de Carvallal / regidores de la dicha çibdad Rodrigo Lopez Procurador General / della con otros vesinos de la dicha çibdad todos juntos fueron / a las puertas de la casa donde vibe y mora Fernando Mar / ques procurador  de causar e vesino de la dicha çibdad e mandaron sacar / de la dicha casa y se saco la vandera e ynsinia que la dicha çibdad / tenia para quando se acostumbravan juntar e hazer e ferir / enthente de guerra quando su majestad hera mandado en la dicha çibdad y / mismo se saco de la dicha casa uno de los arravales de la çiudad / en su mano el dicho señor Juan Lopez de Prabeo regidor mas anti / guo el qual la lleva alçada en conpañia de los / dichos señores justiçia e regimiento procurador general e vesinos de la // dicha çibdad con la pompa e veneración que se requeria / como pendon e bandera de su rei e señor natural con el instru / mento del dicho atambor que se entrego a Fernando Dorrequexo vesino de la dicha / çibdad en guarda y ansi llevada la dicha bandera con la / dicha solenidad por el dicho Juan Lopez de Prabeo y por los / dichos señores justiçia e regidores fue entregada / en las casas de consistorio della a Juan de Çedofeita / que vivia y moraba en las dichas casas al qual / mandaron debaxo de su palabra y pleito menaje / que dio como hidalgo que guardase la dicha vandera e / tuviese en su poder y no la diese ni entregase / a ninguna persona si no a aquella que por su majestad o / por otro que su poder y mando tuviese o por la / justizia e regimiento de la dicha çibdad juntamente / fuese mandado so pena de caer y encurrir en las penas / y casos en que se caen y encurren los que van y pasan / contra semejantes palabras y pleito menajes el / qual dicho Juan de Çedofeyta ansi reçibio la dicha vandera / e prometio de ansi lo guardar y cumplir debaxo / de las dichas penas y pleitomenaje estando presentes por testigos / Vasco Lopez de Cavarcos e Vasco Ferrandes de Luazes e Fernando Rodrigues das / Eiras e (+-1) de Valmaior vecinos de la dicha çibdad //



            La bandera del concejo tornaría a su sitio, a las casas que servían para concejo y alhóndiga y a cargo de Juan de Cadofeita, portada por el regidor de mayor edad, rodeada de los tambores de la ciudad y seguida de un séquito de regidores y vecinos.
         Multipliquemos este acto por cien y tendremos el desfile del alarde. 




[1] Asociación Cantu Santa Ana,  Alardes, recuentos de armas y defensa militar en el Cantábrico, El caso de Castro Urdiales
[2] Archivo Histórico Nacional,CLERO-SECULAR_REGULAR,L.6363
[3] La rodela es un escudo lenticular embrazado (fijación al brazo por correas y un asa) de entre 50-60 cm de diámetro
[4] Azagaya, lanza ligera arrojadiza.
[5] Tornasol, tejido brillante que cambia de matiz según la luz

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