Abdicaciones de Bruselas, Llegada al poder de Felipe II vista desde Mondoñedo




     


 Abdicaciones de bruselas, tapiz flamenco S. XVIII

 

    Durante toda la mañana del sábado 11 de abril de 1556 se había juntando una pequeña multitud en la amplia y despejada plaza de la ciudad de Mondoñedo, muchos eran vecinos del casco y de los arrabales de la ciudad, en realidad la mayoría, aunque también se podían encontrar caras extrañas que solo acostumbraban a pasar por el pueblo los jueves o en días grandes de fiesta. En el centro de la plaza se había dispuesto sobre unos caballos de madera, varias tablas sirviendo así de mesa improvisada como en otras ocasiones se acostumbraba,  cuando el regimiento tenía que hablar a la ciudad. En este caso el interés de los presentes era notable, realmente ya habían corrido multitud de noticias, mas bien rumores, sobre la salud del emperador, incluso algunos aseguraban que había muerto y que el reino estaba gobernado por Portugal en ausencia y debilidad de sus otros herederos.
         En definitiva estos eran tiempos de rumores, las noticias llegaban corrompidas y muchas veces, al no llegar, se inventaban. Don Carlos había suscitado diferentes pasiones a su llegada a Castilla, y aunque realmente esta no era tierra de sediciosos si no más bien de gente paciente y adaptable a todo cambio, la posible desaparición del rey no dejaba de ser un tema digno de interés. En este caso las noticias habían partido del mismo e incluso se había ordenado fiesta, prohibiendo trabajar.
         A media mañana de la casa de alhóndiga donde se solía juntar en consistorio el regimiento de la ciudad, fueron saliendo todos y cada uno de los miembros de este, primero el representante del obispo en la ciudad, el alcalde mayor Ares Gonçalves seguido de  Fernando Rodrigues  das Eiras alcalde ordinario, Pero Fernandes Thomas y  Luis de Luazes regidores, el procurado general  Juan López de Sante seguía en cuitas con el provisor así que en su lugar se presentó  Jácome Yanes da Fraga,  varios licenciados y bachilleres ocuparon también su sitio entre los prominentes en el improvisado estrado, y a su lado Fernan Rodríguez de Luazes, escribano de consistorio, equipado de varias resmas de papel, un cálamo, salvilla, tintero de hasta, de los que se componen para poder viajar con el, y varias cartas de cuero, con sellos colgando, que parecían ser de cierta importancia. Algunos incluso dijeron entrever los cordones de colores del rey y los plomos imperiales.
         Tomó la palabra don Pero de Tomás, era costumbre en estos casos que hablase el regidor más veterano y así se hizo, a su lado tenía, medio tomada en sus manos medio descansando en la mesa, la bandera del reino que se había compuesto para el alarde unos años antes, su aspecto era bastante bueno, y lucía hermosa sobre el tapete de brocado carmesí de grandes motivos de flor de granada, anillado en plata, dispuesto sobre los tablones para dar mas solemnidad.
         La presencia del atabalero de costumbre y otro desconocido por algunos, hacía pensar que el comunicado sería se importancia, incluso se habían barrido las calles por orden del concejo y se habían cubierto de ramas y flores de plantas fragantes como se hacía en los días grandes de Nuestra Señora de agosto o san Juan, caminar sobre todo aquel follaje desprendía una mezcla de aromas algo dulzona que no podía ocultar, por mucho que lo intentase, el resabio penetrante de los diferentes tipos de estiércol, ocultos en los rincones más oscuros.
         En pocas palabras el regidor Pero de Tomás advirtió la presencia de varias misivas reales que pronto se leerían y explicó, sin demasiada ceremonia que el emperador había abdicado en su hijo don Felipe.
         Don Carlos era un hombre anciano en aquel entonces, sobre todo para la vida que había llevado, tenía 56 años, su empeño por mantener todas las tierras por las que merecería el título de emperador le habían granjeado múltiples enemigos y pocos amigos. Realmente era un rey que no vivía en España, pero una abdicación no era la noticia esperada, más bien una muerte en el extranjero en algún punto remoto de Flandes o Tirol.
         Cuando el escribano empezó a leer en alta voz las cartas, una de ellas amenos,  mostraba a un rey acongojado por el paso de los años, enfermo y algo falto de esperanza, enojado por la traición de Francia que había roto la tregua de Niza para acercarse a los protestantes alemanes con la clara intención de sacar algún provecho territorial. El gran proyecto de su vida, preservar la fe católica romana no estaba resultando fácil, una buena parte de sus antiguos reinos se habían distanciado de ella y volver  atrás parecía complicado.
         Además todos sus antiguos adversarios habían fallecido ya y el se encontraba cansado y necesitado de reposo, temiendo que su tiempo se acababa también. Este día de abril los mindonienses conocieron parte del contenido de las abdicaciones de Bruselas, la parte que les interesaba referente a su nuevo rey, el que lo seria desde entonces de los reinos peninsulares y las indias; las tierras del imperio, media Europa, quedarían a cargo de Fernando, rey de los romanos, hermano de Carlos.
         Al alzarse el pendón real, muchos acompañaron a los regidores clamando el nombre de Felipe;  otros no, las circunstancias eran extrañas, y aunque podrían entenderse en villas o ciudades cercanas a la corte, en una capital de provincias sonaban a problemas, y normalmente estar callado libraba a uno de muchos. Aún así acompañaron al regimiento en su necesaria procesión por la ciudad, como espectadores poco entusiastas y con la curiosidad propia del ser humano, además el ambiente se había tornado festivo, los tambores sonaban mientras se gritaba el nombre del rey y el estandarte lucía sus colores calle tras calle, las campanas habían empezado a repicar a fiesta y algunos aprovechados habían dispuesto ciertos puestos de vino y viandas que, aunque restaban solemnidad, añadían mucho calor.
         Antes de retirarse a las casas de concejo y colgar en ellas el pendón real, el regimiento pasó por la catedral, repitió la nueva para que fuese escuchada por el obispo y la mesa capitular, y asistió misa. 
 
         Espero que se me permita la licencia de novelar un poquito, tirando de imaginación, lo que pudo haber sucedido en Mondoñedo cuando se comunicó al pueblo la abdicación del emperador Carlos I y la toma de posesión del trono por su hijo Felipe. Puede que no todo lo contado arriba fuese exactamente crónica de lo sucedido, pero estoy seguro que esta ficción se aparta muy poco de la realidad y, siempre es un sano ejercicio crear con la historia de respaldo. A continuación transcribo las provisiones reales que se leyeron este día y la descripción que de la ceremonia quedó en el libro de concejo. 



 










Sobre la solenidad / del efecto de las cartas de su magestad / En consistorio en Mondoñedo a onze dias del mes de abrill de mill e quinientos e / çincoenta e seis años estando en conçejo los magnificos señores / Arias Gonçales alcalde mayor Fernan Rodrigues das Eiras alcalde / hordinario Luis de Luazes regidores de la dicha çibdad Jacome / Yanes da Fraga procurador general en lugar de Juan Lopez / de Sante procurador general y por su ausençia y el liçençiado Santo  // Domingo y el liçençiado Castro y el bachiller Labrada e otros / vesinos de la dicha çiudad estando acordando como mejor se podria / complir y efectuar lo que su magestad imperial y su magestad real / por sus cartas hazia saber y mandaban sobre lo tocante a la / çesion e renunçiaçion destos reinos de España en el rey don / Felipe nuestro señor e para fin y efecto que se hiziese con mas / auctoridad e solenidad y vuene deligençia lo que sus magestades man / daban e para que mejor biniese a notiçia de todos los vesinos e / moradores desta dicha çiudad y su obispado mandaron / apregonar públicamente en plaça y calles publicas / desta çiudad que todos los vesinos e moradores della saliesen / y se ayuntasen en la plaça publica desta dicha çiudad / oy dicho dia savado que es bispera de pasquilla de la re / surreçion de nuestro señor para que alli se hiziese el dicho / auto y sacase y llebantase el pendon en nombre  de / su magestad real del rey don Felipe nuestro señor e / que desde la ora de visperas ninguna persona trabajase / y que limpiasen y enrramasen las calles para / que en el dicho auto se guardase toda la solenidad que / sus magestades mandavan por las dichas sus cartas lo / qual luego se apregono e cumplio por baz de / pregonero en presençia de mi el escribano en la dicha / çiudad en la plaça y calles publicas della // Auto como se llebanto / la bandera por el rey / don Felipe nuestro rey / y señor natural / E después de lo suso dicho en la dicha / çiudad de Mondoñedo a los dichos onze / dias del mes de abril del dicho año / de mill e quinestos e çincoenta y seis años / los magnificos señores Ares Gonçalves alcalde mayor Fernando Rodrigues / das Eiras alcalde hordinario Pero Fernandes Thomas / Luis de Luazes regidores de la dicha çiudad Jacome Yanes da Fraga / procurador general della por ausençia de Juan Lopez de Sante procurador general / que es de la dicha çiudad en cumplimento de lo que por sus magestades / hera mandado se ayuntaron en las casas de consistorio de la dicha / çiudad y estando presentes el liçençiado Domingo y el liçençiado castro / y el bachiller Labrada y otros muchos vezinos e moradores / de la dicha çiudad que para el dicho efecto avian seido juntos se / salieron al medio de la plaça publica de la dicha çiudad frontero / de la iglesia catedral y donde estaba puesta una mesa / y una bandera con las armas  reales de su magestad questaba / enrollada y cogida en su asta y con sus borlas e / cordones de seda de colores y alli el dicho señor alcalde / mayor e regidor Pero Fernandes Thomas como regidor mas an / tiguo después de aber hecho su platica generalmente / a todos los vesinos e moradores y presentes questaban juntos / aca y en razon e dandoles a entender la re / alción e petición de sus magestades al thenor de las / dichas sus cartas las hizieron leer e publicar / todas tres e yo el escribano publico de Mondoñedo las ley // y  declare de berbo ad berbum su thenor de las quales es este que le / sugue / Carta de su magestad el / emperador don Carlos / nuestro señor que enbiola / a çiudad de Mondoñedo çerrada / y sellada /
 EL REY / conçejo y justiçias regidores caballeros escuderos mo / fiçiales y omes buenos de la çiudad de Mondoñedo por las / cartas que vos e mandado escribir después que Sali desos / reinos externos entendido el subçeso que an tenido nuestras / cosas y como emprendi la guerra en la Alemana por lo tocante / a la religión deseando como hera raçon por la obligaçion / que tenia a reduçirlos e volverlos al reino de la iglesia / procurando de poner paz y quietud en la cristiandad / asistiendo e gaçiendo por mi parte todo lo posible para que se conoçiese el conçilio / procurando que se conbocase e admitiese concluyesee hiçiese la reformaçion / tan neçesaria por mejor atraer a los que se an apartado e desbiado de la fe / y teniendolo por la bondad de Dios en buenos terminos el rei de Françia rompio / últimamente la guerra por mar y tierra sin tener ninguna causa ni fundamento / para ello ayudandose de los alemanes que contra sin fidelidad hiçieron ligaçon con el / e trayendo el armada del turco e contrario e dano de la cristiandad espeçial / çialmente de nuestros escudos y señorios quiriendolos ynbadir por manera que por lo / uno e lo otro fui forçado e neçasitado a llebantar los exerçitos que e juntado / de que se me an seguido grandes trabaxos asi por aver andado en campaña / como por tratar negoçios tan continuos e fesados que se an ofresçido que an sido / causa de la maior parte de las enfermedades e yndispusiçiones tan lar / gas que e tenido e tengo de algunos anos a esta parte e de a / llarme tan impidido e falto de salud que non solo los he podido ni puedo tratar / por mejora e con la brevedad que convebia mas conozco que sido enpidimiento / para ello de que e tenido e tengo arto escrupulo e quisiera mucho aber antes de agora / dado horden en ello pero por algunas suficientes causas non se a podido hacer / en ausençia del serviçio serenisimo rei de Ynglaterra de Napoles prinçipe de España / mi muy claro y mui amado hijo por ser menester comunicar e asentar e tratar cosas / con el cosas yimportantes por tantos e para este proposito de mas de venir e asetar su casamiento / con la serenisima reina de Ynglaterra le hordene que pasase últimamente en es / tas partes e aviendo venido aquí acorde como primeramente lo tenia determinado / renunçiarle çederle e traspasarle desde luego como le e echo esos nuestros reinos / e señorios y estados de la corona de Castilla e Leon e lo anexo e dependiente / a ellos como mas cumplidamente e bastantemente se contiene e declara en la escritura que / desto havemos echo e otorgado el dia de la fecha e otorgamiento desta e confi / ando que con su mucha prudençia e experiençia según lo abemos tratado as / ta aquí en todo lo que a tratado en nuestro lugar e nombre e por si propio los gober / nara administrara defendera e traera en paz e justiçia // e siendo çierto que vosotros siguiendo vuestra loable e antigoa fidelida y lealtad / y el amor que a mi e a el aveys tenido e teneys como lo avemos siempre conçi/ do por obra lo proveireis como lo confio e lo deveys a la boluntad que anvos vos / abemos tenido y tenemos e asi vos encargamos y mandamos que alçando / pendones e haçiendo las otras solenidades que se requyeren e acostumbran / para la exención de lo sobre dicho de la mysma manera que si Dios ubiere dispuesto / de mi obedezcáis sirbais acateys e respeteys al dicho serenisimo rei / de derecho verdadero señor y rei natural según e como aveys cumplido y / debiades cumplir los myos propios que demas de azer lo que soys obligados / me tener en ello por muy servido de Bruselas a 16 de henero de 1556 años yo / el rei por mandado de su magestadFrançisco de Craso / 
El Rey / Carta del rei / don Felipe / concejo justiçia regidores cavalleros escuderos ofiçiales e omes buenos de la / çiudad de Mondoñedo por la carta que el emperador y rei mi señor hos hescrive / vereis la determinación y resolución que su magestad a tomado en renun / çiar çeder e traspasar en mi dichos reinos de que a otorgado la escriptura nes / çesaria en forma e he sentido en el grado que es raçon hallar a su magestad / tan ynpidido y falto de salud por sus muchas y continuas enferme / dades que por su parte non puede tratar ni entender en la expedoçion de / tantos y tan graves negoçios tan dibididos y separados que con larga / prudençia e experiençia lo pudiera mejor haber per confor / mandome con su boluntad lo he açeptado confiando en Dios nuestro señor / me dara fuerças para dministrar bien lo que su magestad me a encargado alibi / andole de tantos trabaxos (+-3) que mas libremente atienda / al descargo de su conçençia que es su principal fin e a la comprobación de su sa / lud que se la deseo como la propria mia e leyendo çierto porneys luego / en esxecuçion lo que su magestad çerca desto probee e hordena no me / queda que desir sino çertificandovos que acordandome de vuestra fide / lidad e antigüedad lealtad y del amor e afiçion que en vosotros / he siempre conoçido mandare mireis por lo que es en el e particularmente os / tocare haçiendovos serviçio que justo sea como lo mereçeys e ansi con / fio que en lo que ocurriere me serviréis e ayudareys como lo abeys mos / trado por obra en lo que se a ofresçiado e sobre todo tene el cui / dado ques raçon de que seays bien gobernados y mantenidos en paz / e justiçia e aunque aquel no me a de faltar estando ausente / enderezare e disporne las cosas a proposito denlo azer en paz con las / mas brevedad que sea posible como lo deseo De Bruselas a diez e siete / de henero de mill e quinientos e çincoenta e seys añor Yo el rey por mandado / de su magestad real Françisco Craso // Carta de la / prinçesa de Portugal 
El Rey / conçejo justiçia regidores cavalleros ofiçiales escuderos e homes bue / nos de la çiudad de Mondoñedo con esta hos mandamos enviar las cartas que be / reys del emperador nuestro señor e de mi el rei por las quales se hos açe saber co / mo su magestad ymperial por sus yndispusiçiones y otras causas que le an / movido se a resuelto en renunçiar en mi hestos reynos y hos hordena / e manda que alçeys pendones por mi e hagais las otras solenidades que se re / quieren y acostumbran en semejantes casos y obedezcais e cumplays lo que os / hordenaremos e mandaremos según mas largamente se pudiera escusar esta / todavía havemos querido encargaros e mandaros que luego que la reçibais / agais e cumplais lo que por las dichas cartas se hos manda llebantan / dolos dichos pendones e haçiendo las otras solenidades que se acostumbran / haçer lo que deveys e soys obligados y de vuestra fidelidad esperamos / nos areys plaçer e serviçio de Valladolid beynte e ocho dias de março de mill / e quinientos e çincoenta e seys años la prinçesa por mandado de su magestad su al / teça en su nombre Juan Bazquez /

E después de leidas y declaradas las dichas cartas reales de su mano / los dichos señores justiçia e regidores e procurador general dixeron / que las obedesçian con la reberençia y acatamiento que debian e tomaron / las dichas cartas y las besaron y pudieron sobre sus cabeças / como cartas de sus reis e señores naturales y luego en / cumplimiento dellas el dicho señor regidor Pero Fernandes Thomas como / regidor mas antiguo en nombre de su magestad real de nuestro señor el / rey don Felipe alço la dicha bandera con las armas reales / diziendo el y los dichos señores justizia e re / gidoeres e procurador general y la mayor parte de los vesino de / la dicha çiudad que como dicho es para el dicho efecto se avian / ayuntado por el rey don Felipe nuestro señor se / llebanta esta bandera e todos o la mayor parte / dellos diziendo biba nuestro señor el Rey don Felipe / e ansi con la dicha bandera llebantada los dichos señores / justiçia e regidores e vesinos se la dicha çibdad todos // en ordenanza y los dichos atambores y tañendo las / campanas andubieron por las calles de la dicha çiudad con toda la / solenidad que para el dicho efeto convenia e ansi en la dicha horden / se fueron a la yglesia catedral de nuestra señora Santa Maria desta / çiudad e alli hizieron oración diziendo e declarando a todos los / presentes rogasen a Dios nuestro señor dexase gozar a su magestad / y rey nuestro señor con mucha paz e sosiego e para aumentación / de su sanca fee catolica por muy largos tiempos en estos sus / reinos e señorios e de alli se tornaron a la dicha / casa de consistorio donde pusieron en alto la dicha bandera / elos dichos señores justiçia e re / gidores y procurador general asi lo pidieron por testimonio a mi el escribano / en nombre de su magestad y dixeron e mandaron lo es / cribiese y asentase en este libro de consistorio e / firmaron de sus nombres / e yo Fernan Rodrigues de Luazes escribano de consitorio de la çiudad / de Mondoñedo que a lo suso dicho fuy presente y fiz aquí mi signo / en testimonio de verdad /

 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Un ingles en Mondoñedo, John Dutton, Mercader de aceite en los últimos años del reinado de Maria Tudor.

La orden de caballería de San Lázaro de Jerusalén en Mondoñedo

El Pintor Juan Llombart, 1587