Inicio al estudio global del documento en el archivo municipal de Mondoñedo
Pliegos impresos a dos columnas sin cortar conservados en el libro de consistorio de mediados del XVI
Uno de los trabajos que todo archivero
y experto en diplomática debería dominar es el estudio del documento de manera
global. Cada legajo no solo se compone
de hojas, en el convergen diferentes competencias que nos llevan desde el
estudio de la caligrafía antigua, la costura de papel, la encuadernación tanto
como técnica como artísticamente, y, como no, la antropología y vida cotidiana
de la época a que pertenece. En las hojas de un documento se pueden encontrar
desde dibujos en sus marginalia, con
motivos relativos o no al texto del mismo, hasta textos reaprovechados, a modo
de palimpsestos si se tratan de pergaminos o simplemente volteados cuando es
papel, sobre todo en periodos de escasez.
Las tapas de cada legajo varían, desde
simples hojas por lo regular producto del despiece de otros documentos ya inútiles hasta pliegos de piel o
pergamino virgen o reciclados.
Hasta el S. XVII son pocos los escribanos que
conservan protocolos de los expedientes que componen para terceros, y en todo
caso este archivo se conserva durante un tiempo y luego se recicla. Igualmente
otro tipo de instrumentos de menor importancia, como fondos epistolares,
pruebas de imprenta, páginas que resultan nulas, etc. A partir de finales del
XVI y sobre todo del XVII, muchas
provisiones reales se enviarán a los concejos y otras instituciones a modo de
circulares impresas, y estas pocas veces se conservan, puede que se trasladen a
los libros mayores que corresponda o simplemente que se haga referencia de
ellas y se reutilicen.
El fin de todo este conjunto de material de segunda en
su momento solía ser el interior de las tapas de un legajo o un libro, como
relleno luego de encolado y endurecido. El estudio completo de un documento
debe pues contemplar una arqueología del volumen con cuidadoso y detallado
resumen de las partes que lo componen, inclusive de los marca páginas que en el
quedaran preservados.
El caso de nuestro archivo municipal no se queda atrás
en elementos secundarios, siendo algunos de gran interés, muchos estarán aún
por descubrir y otros precisan de recuperación técnica para poder entenderlos
en todo su complejo significado.
Como ejemplo pondremos varios casos solo para abrir
boca, por un lado las encuadernaciones mudéjares de los libros de consistorio
de finales del XVI en cuarta mayor, de las que se conservan dos magníficos
ejemplos dignos de estudio pormenorizado.
En el interior de estas tapas de solapa se han
preservado fosilizadas varias páginas impresas en latín con tipo gótico que
bien podrían pertenecer a las imprentas itinerantes que desde finales del XV se
habían instalado en nuestra ciudad, por desgracia solo podemos acceder a una
pequeñísima parte del texto por una ventana abierta por anteriores
investigadores, aunque bien valdría la pena restaurar el legajo completo y
recuperar las hojas que están en su interior.
Otro aspecto que suele pasarse por alto es el estudio
de la sigilografía que conservan los documentos, tanto en oblea, cera o tinta, siendo
esta última la más común y que ofrece información más vistosa, entre otras
cosas para poder estudiar la evolución de las armas y escudos de instituciones,
provincias etc.
Como curiosidad, una de estas hojas que se cuala en un
documento sin tener nada que ver con el entorno oficial donde se gesta, como si
de una receta de cocina se tratase, mostraremos de momento la tapa de un
instrumento de partición judicial de bienes de 1678 que es ni más ni menos que
parte de una libreta de copias de un estudiante de caligrafía de la época, en
la que se ve repetida varias veces la frase “si quieres saber trabaza, procura escribir atento” terminando con
una anotación del profesor con un contundente “trata guiarte por lo que t tengo dicho” con una caligrafía cursiva
propia de un experimentado corrector.
Con esta introducción presentamos un nuevo apartado en
el que incluiremos una muestra detallada de cada uno de estos pormenores del
documento, desde el estudio artístico de trazas hasta los marginalia y las encuadernaciones, tanto como objeto terminado como
sus componentes.
Encuadernacion mudejar de finales del XVI
Hoja de cantoral reciclada, posiblemente de finales del XV
Hoja de libreta de copias recuclada como tapa de legajo. S. XVII
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