Imaginería religiosa inglesa en A Mariña Lucense. Jonh Duton





Para poner en modo pausa el bombardeo de cerámica medieval al que les estoy sometiendo, me permitiré un breve paréntesis para tratar las figuras inglesas presentes en la Catedral, la persona de John Dutton y otras piezas de trascendencia herederas de este momento, donde los tipos religiosos escultóricos de la diócesis se vieron tan influidos por las corrientes bajomedievales británicas.
John Dutton, el milagro inglés
Para hablar de las siguentes piezas de arte gótico inglés es iportante que conozcamos la figura de John Dutton . De el conocemos mucha leyenda y poca historia, parece que acompañó a Felipe II a Escocia para llegar a un acuerdo de boda entre el y Maria Estuardo, acuerdo que por cierto no prosperó aconsejado en contra por el duque de Alba. . Son apenas las noticias que conecemos sobre este gentilhombre de mediados del S. XVI, es notorio que su empresa se dividía entre ser hombre de confianza de los Estuardo, del cristianismo británico y posiblemente comerciante. Sabemos que luego del fin de la resistencia cristiana en Reino Unido, marcho como otros al exilio, y conociendo ya estas tierras eligió Viveiro para disponer su morada. La documentación que sobre el se conserva permanece en manos privadas, manos de los herederos del propio Dutton, emparentado luego con familias de renombre de la comarca como los Miranda y los Aguiar, su casa aun se conserva en la parroquia de Covas.
Pero mas importante que su trayectoria vital fue su relación con Alonso Ares de Mourelle, escribano ilustrado ferrolano. Podemos ver su origen dinastico abajo. Entre el, y su amigo Dutton, muchas imágenes de Inglaterra, tanto las procedentes de los talleres de Nottingham como otras de madera, llegaron sanas y salvas a costas gallegas y se repartieron por buena parte de su geografía, principalmente las mariñas coruñesa y lucense.

La Imagen que se conserva en Mondoñedo, junto con la llamada Virgen Inglesa, tiene su llegada completamente confirmada en el Calendario de la Catedral en 1555, aunque no está publicado mas que un resumen a modo de ensayo, parece que el representante en tierras españolas de John Dutton, Ares de Mourelle había encomendado la custodia de ambas imágenes al Monasterio de Juvia, descontento por el trato que se les había dado, decide pedir al obispo de Mondoñedo, en este momento Santa María Benavides, permiso para depositarlas en dicha catedral para su cuidado. Luego de unas cortas formalidades legales, las imágenes llegaron a Mondoñedo para quedarse. Al parecer, y seguimos en el terreno de los datos aún sin contrastar, estas pertenecieron a la Catedral de San Pablo de Londres, y, desde luego, estamos hablando de dos alabastros de gran tamaño y de obra magnífica.
La Imagen de Santa Ana esta completamente cubierta de rica y brillante policromía, con magníficos estofados, aunque en este caso no podemos asegurar si es policromía original o no, mas probable es que sea trabajo renacentista hecho en Mondoñedo. Ana se presenta entronizada, con amplio hábito, de los hombros pende un pequeño velo a modo de capa que cruza en sus rodillas , tanto el habito como el velo son de colores poco relacionados con la figura de Sta Ana, que acostumbra vestir de verde, pues luce un azul brocado de terciopelo con abundante hojarasca dorada. Toca y cofia completan su aditamento, cerrando por completo todas sus partes corporeas visibles para mostrar unicamente la cara enmarcada por la cofia, de rictus hierático y una mano con que sostiene el libro que utiliza para enseñar a su hija.
Entrando el el complejo mundo de los detalles iconográficos, será la Virgen niña quien nos ofrezca una datacion mas que provable para la imagen, Con los cabellos sueltos, propio de su condicion de menor, viste ropas femeninas, no de niña si no mas bién de adolescente. Sería difícil reconocer un brial o una saya en sus prendas, de todos modos el torso ceñido por la tela de la prenda, sin ocultar su femineidad (dentro de lo moralmente recomendable para el momento , claro) los pliegues anchos y las mangas amplias sin cordon ni cinto semejan ser prenda de Finales del XIV o principios del XV. El conjunto mantiene completamente una gracia escultórica gótica de el mejor periodo europeo, la virgen recoge parte de su vestido para mostrar su forma y el trabajo anatómico se acerca al renacimiento. Hablamos de una pieza de alabastro de unos 2 metros de altura. Veamos además de una fotografía de esta magnífica obra, otra de la llamada Madonna de Flawforth. Como sabemos durante el periodo posterior a la caída de los Estuardo, Ingraterra sufre una de las guerras de religión más sangrientas de la Europa medieval, una guerra fraticida que enfrenta a protestantes anglicanos con católicos cristianos. Casi la totalidad de las obras de arte que el anglicanismo consideraba prohibidas y hasta peligrosas, fueron destruídas, el caso de Flawforth, una pequeña villa entre Edwalton y Ruddington cerca de Nottinghamshise no es tan importante por la entidad de su población ni por la importancia de su inglesia sinó mas bién por la casualidad, este pequeño pueblo desaparece casi en su totalidad y su iglesia se ve reducida a escombros y eliminada, no será hasta 1779 cuando en unas obras se encuantran tres alabastros, en bulto redondo, puede que no de los mejores conservados en las Islas Británicas (estos estarían en las catedrales como la de San Pedro de Londres y hoy posiblemente en Galicia) pero de los pocos que ilustran la variedad del trabajo de los talleres de Nottingan. Estas tres figuras salvadas de la furia destructora anglicana serían producto de un sacerdote preocupado.

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