Ordenanzas para las mercerias, importaciones en la baja edad media (3)
Pasas a 24 maravedis la libra y
por onzas a 2 maravedis la onza.
Jabon a 28 maravedis la libra y
por onzas a 2 maravedis la onza.
Aunque podemos pensar que el uso
del jabón es privilegio de los últimos siglos, en concreto desde que se
populariza el procedimiento de Nicolas Leblanc para obtener carbonato de sodio
a partir de sal marina (1791), lo cierto es que la presencia de jabón para
higiene humana producido a partir del cenizas (de laurel en muchos casos), agua
marina y aceite de oliva, fue un importantísimo factor a tener en cuenta para
entender la expansión de la pandemia de peste pneumónica y bubónica en el S.
XIV.
El jabon, producto de la
saponificación donde son necesarios lipidos y alcalis, ya aparece descrito por
Plinio como elemento de velleza, mas que de higiene entre las tribus galas,
utilizaban este resultado para teñir y aclarar el cabello, aunque el producto
debía ser de muy baja calidad pues en ningún momento fue adoptado por Roma ni
desplazó los aceites esenciales ni el strigilus.
Las primeras almonas (jabonerias)
europeas podemos considerarlas un privilegio hispano, pues se localizan en el
valle del Guadalquivir durante la ocupacion musulmana (S. X), los principios
que utilizaban eran de primerísima calidad, al igual que luego lo serían las
producciones mediterranes de Marsella, de ahí que el Al-Andalus, y luego
Hispania e incluso el estado español ya en al S. XVI, mantuviese control sobre
su producción de jabón, como monopolio, tanto para la exportación al resto de
Europa que debía conformarse con jabón de sebo, como a las indias recien
ocupadas.
Las alomas hispano-árabes
mantuvieron su supremacía practicamente hasta los avances del S. XVIII, siendo
asi el jabón un producto grabado por el rey y de no bajo precio.
Santa Isabel de Turingia labando a leprosos, del altar de San Ajidius de Bardejov (1480-1500)
Incienso a seis maravedis e igual
por menudeo.
Azucar candeo a 10 maravedis la
onza y azucar blanco a 8 maravedis la onza.
Seda negra a 4.5 reales seda de
colores a 5.5 reles y seda carmesi de gromada
a 200 maravedis la onza.
Solo un par de aclaraciones para
entender las diferencias de precios entre los dos anteriores productos,
primeramente el azucar candeo, o candé.
En concreto no es más que azucar en roca, más resistente a la humedad, e
igualmente de color blanco. Por otro lado la seda carmesí de gromada, que vemos
alcanza un precio más que elevado. Aquí nos encontramos con falta de datos para
poder entender a que se referían con los diferentes tipos de tejidos de seda.
Provablemente las primeras, de color negro, o multicolor sean tafetanes de
seda, mientras que la seda de gromada se refiera a los tegidos brocados de seda
anillados tan de moda en este siglo XVI. Los brocados anillados de origen
italiano serán herederos directos de los brocados dorados y carmesí (y otros
colores de fondo) de origen medieval, en este caso el anillado destaca al
utilizar varios niveles de urdimbre con hilos metálicos. El estudio de los
tegidos de precio en este periodo tardomedieval o renacentista es tremendamente
complejo y ocuparía multitud de páginas si pretendiesemos hacerlo bién, desde
luego el precio en este producto de especial lujo se disparaba, podemos
considerar que en algunos casos era comparable con el de algunos metales
preciosos, y en nuestra ciudad a más
seguro se usaba sobre todo para ornamentos de altar más que para prendas
particulares, pués aún hoy en algunas parroquias de la diócesis se pueden
encontrar ternos elaborados con estas ricas telas italianas. Es posible que más
tarde, con un poco de suerte dediquemos unas páginas a las joyas que se
conservan en diferentes parroquias del entorno de la ciudad de Mondoñedo, pero
de momento debemos conformarnos con los datos a los que podemos acceder que son
francamente pocos y algo deslabazados.
Dalmática de brocado anillado del S. XVI conservada en una parroquia de la diócesis mindoniense, las bocamangas y el faldón junto con los galones se añadieron posteriormente en espolín de seda valenciano de finales del XVII
Diacitron a tres reales la caja
El diacitrón o acitrón es otro de
los productos que puede generar alguna duda al ser hoy desconocido, entra
dentro de los diferentes dulces confitados como cirueles, pasas etc que ya
hemos nombrado, en concreto se trata de la confitura de la piel del fruto de la
Citrus Medica, también conocida como toronja, un postre muy popular en la baja
edad media, podemos verlo citado en La Celestina, por ejemplo.
Ciruelas pasas la libra (450gr) a
30 maravedis y a 2 la onza.
Azafran a 2 reales y por unidades
pesadas a 5 blancas cada unidad.
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